Quién inventó el heavy metal

Por Jorge Lagás / @cerebroatomico
Periodista y productor radial.

Por estos días, Ozzy Osbourne dio una entrevista a la revista GQ, donde en su calidad de pionero del metal y fanático de The Beatles fue consultado sobre la teoría de que supuestamente “Helter skelter” fue la primera canción heavy metal de la historia. 

Su respuesta sorprendió un poco: “Nah. No es heavy. Es solamente una canción rápida sobre un helter-skelter. Quizás fue ‘You really got me’ de The Kinks o alguna de The Who”.

Sus palabras reavivaron un debate eterno: desde cuándo diablos se puede empezar a hablar de heavy metal en la línea de tiempo de la música del siglo 20.

El consenso general apunta a que fue con Black Sabbath y el día que salió su primer disco homónimo, el 13 de febrero de 1970. Pero obviamente ningún género nace de un día para otro.

Qué dicen los libros: en “Heavy Metal Enciclopedia” del español Jordi Sierra I Fabra, el autor va muy atrás al período jurásico del rock y llega hasta Link Wray, músico estadounidense que en 1958 grabó el primer sonido distorsionado de guitarra en la canción “Rumble”, que puede entenderse como el primer sonido “pesado”. El single tuvo algo de rotación en su época, pero curiosamente padeció un destino bastante metalero: le faltó popularidad al lado de los monstruos comercialmente más atractivos y más encima censurado por “incitar a la violencia”, y eso que era una canción instrumental.

Pasaron varios años hasta que alguien tomó la posta: The Kinks, a mediados de los 60, le sacó partido a las distorsiones que había iniciado Link Wray e impuso unos riffs bestiales en éxitos como “You really got me”. Más tarde, bandas como los Yardbirds, Cream y The Jimi Hendrix Experience siguieron avanzando en sacarle punta a la guitarra eléctrica y explorar qué tan intenso se podía llegar a ser en ese sentido.

1968 parece ser un año clave: la explosión de inspiración que habían significado los discos más rupturistas de los Beatles y Rolling Stones, además de las bandas vanguardistas ya mencionadas, disparó la creación de nuevas tendencias, mientras más locas y “voladas”, mejor. Una de ellas es la que exploraba los sonidos más duros. Y se van sucediendo los hitos: Steppenwolf usa por primera vez la palabra “heavy metal” en uno de los versos de “Born to be wild”; Iron Butterfly la rompe con “In-a-gadda-da-vida”, una demencia de 17 minutos oscura y brutal; Blue Cheer hacía retumbar su atronador cover de “Summertime blues” de Eddie Cochran; y como remate, nacían dos nuevas bandas que cambiarían la historia: Led Zeppelin y Deep Purple.

Ambas definen el hard rock que se empieza a asentar de manera importante en la década siguiente. Led Zeppelin pegó fuerte de entrada, con su apabullante disco debut de 1969, mientras Deep Purple, después de unos comienzos psicodélicos, en 1970 encontró su forma definitiva en el esencial “In rock”.

Y así llegamos al mismo año en que debutó Black Sabbath. Deep Purple y Led Zeppelin ya sonaban bastante heavys, y lo mismo puede decirse de otras bandas surgidas al mismo tiempo, como Uriah Heep y Grand Funk Railroad. Pero era Black Sabbath el que, visto con la perspectiva del tiempo, resumía toda una impronta más asociable a lo que hoy conocemos como heavy metal.

Todos los mencionados sonaban pesados, pero no tenían un aura oscura. Y había otros bastante macabros como Coven o Alice Cooper, pero no sonaban tan pesados (todavía). Black Sabbath tenía las dos cosas: pesadez y oscuridad. Por eso se suele apuntar a ellos como los iniciadores del estilo.

También hay otros más exigentes que encuentran que Black Sabbath todavía era demasiado hippiento y que el metal tomó su forma definitiva con Judas Priest a fines de los 70. O que fue la New Wave Of British Metal la que arrojó los primeros grupos 100% metaleros, pero esa teoría pierde sustento si el mismo nombre del movimiento da cuenta de una “nueva ola”, o sea tuvo que haber otra ola antes. Otros aún más descabellados dicen que el género empezó con Metallica, pero eso ya no se puede abordar con una mínima seriedad.

En definitiva, todos los artistas mencionados en estas líneas (y los que quedaron en el tintero, que también son varios) hicieron su aporte. Quién empezó, en realidad da lo mismo, así como da lo mismo quién pegó el primer combo en una pelea multitudinaria. Lo importante es el resultado, un género que siempre ha sido, como dice el mismo Jordi Sierra I Fabra, “el hermano bastardo” del universo del rock, pero siempre se las ha arreglado para mantenerse activo y bullente. Y para entenderlo mejor, sirve conocer toda esta historia.

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