Por Rafaella Fornazzari /@rafafornazzari
Periodista, Jefa de Comunicaciones.
En el momento en que lo vi acercarse a mi, pensé inmediatamente que existiría un antes y un después de haber conocido a un ex Beatle. Acordarme de haberle dado la mano y que me llamase por mi nombre me sigue dando escalofríos y en otros momentos me vuelvo a emocionar con lágrimas en los ojos.
Paul McCartney volvía a Chile a presentarse en un agotadísimo Estadio Nacional con su gira “Freshen Up Tour” que lo traía de regreso con el motivo de promocionar su más reciente trabajo discográfico “Egypt Station”. Tuvimos la gran suerte de que su primer show en Sudamérica fuese en Chile, y para los que no entienden por qué es tan importante que su primer show de la gira sea en nuestro país, es por varios motivos, por ejemplo, si es que el artista no ha estado junto a su banda hace una cantidad razonable de tiempo, llegan antes al país para tener ensayos extras, eso quiere decir, más días del artista en Chile y más posibilidades de verlo dando vueltas por las calles de la capital o en algún restaurant Santiaguino. Además, vienen con más energía de realizar actividades extraprogramáticas o de prensa.
No es muy común que un artista del nivel de McCartney de entrevistas en la mitad de una gira mundial, por lo general se realizan cuando se anuncia el tour y son todas telefónicas o algunas grabadas en videos para televisión. Pero no, Paul es de los de verdad que van quedando, le gusta hablar con el periodista, le gusta hacer concursos para conocer a sus fanáticos locales, vende tickets para sus pruebas de sonidos, que se terminan convirtiendo en un show totalmente distinto al que presenta esa misma noche. Se preocupa de tocar canciones distintas, algunas que a veces ni repite en su show principal, toca covers de otros artistas y emociona al puñado de asistentes afortunados al exclusivo sound check.
McCartney en sus conciertos es detallista y perfeccionista, puntualísimo como buen inglés y preocupado de que todos lo estén pasando bien.
La última vez que lo tuvimos en Chile fue el 20 de marzo de 2019 y quedé con la sensación de angustia de que quizás sería la última vez que lo tendríamos por estos lugares tan alejados de su hogar. Chile, que si bien ha repetido muchas veces en sus entrevistas es un lugar al que le gusta mucho venir a tocar, no es un lugar de fácil acceso para él, o no podría viajar exclusivamente a hacer un show en nuestro país si no fuese parte de una gira, aunque sea solo una Sudamericana.
Recuerdo sus ojos pardos mirando directamente a los míos, al principio sólo escuchaba mis pensamientos y cómo me decía a mi misma que no podía creer que estaba frente al mismísimo Paul McCartney. Trataba de concentrarme en sus preguntas, pero los latidos de mi corazón sonaban más fuertes y retumbaban en mis oídos, hasta que de repente su asistente le dice mi nombre y él con voz melodiosa y un acento muy inglés repite preguntándome “¿Rafa? ¿is that correct?”. No podía creer que me tenía de la mano y me preguntaba si estaba pronunciando bien mi nombre. ¡Yes! Correct, It’s Rafaella but you can call me Rafa. Risas de ambos y un par de segundos más de conversación sobre su show cerrarían lo que fue un encuentro mágico.
Hasta el día de hoy me emociono y lo cuento como si lo hubiese vivido ayer, tuve la suerte de conocer, de darle la mano y de hablar con un Beatle, con el mismísimo Sir Paul McCartney.