“Diamond Life”, de Sade: Elegancia infinita

A 41 años del lanzamiento del disco debut de la agrupación inglesa (sí, es una banda y no solo una cantante), su versión remasterizada en vinilo de 180 gramos resalta todas las texturas de uno de los álbumes que definiría la música “sofisticada” de mediados de los 80 y que daría paso al neo-soul una década después.

Felipe Ramos
@feliperamosh

 

En un mundo donde los músicos muestran a diario su vida privada en redes sociales, la de Sade Adu siempre ha sido un misterio. Gran parte de la actual fascinación por ella proviene del hecho de que sus fans saben muy poco de su vida. En una época que ya no recompensa tanto el talento como las asociaciones con otras personas famosas —y la habilidad para aprovechar esas asociaciones en Instagram y Twitter—, el desinterés de Sade por la autopromoción ha tenido un efecto contrario. Su antigua reticencia a hablar de sí misma aumenta las probabilidades de que el mundo quiera hablar de la artista británica de origen nigeriano.

Durante su educación superior, Adu asistió a Central Saint Martins, en Londres, la escuela de moda más prestigiosa del mundo. Para ganar algo de dinero extra, vendía ropa en el Camden Street Market. Fue entonces cuando comenzó a cantar como apoyo en una banda local, y pasó a ser la líder solo a regañadientes. “La cantante principal se fue”, aseguró más tarde. Resultó ser grandiosa, con una voz entrecortada que llamó la atención de Stuart Matthewman y Paul Denman, quienes tocaban en una banda llamada Pride. Le pidieron a Adu que cantara con ellos, y así formaron un grupo en torno a Sade.

En cierta forma, su mirada inescrutable, su agudo sentido de la moda y su interés en los ritmos afrocaribeños le debían algo a Grace Jones, pero sus letras meditabundas y la forma lánguida de entregarlas cambiaron el guion y pusieron la aventura romántica por sobre el sexo.

Como carta de presentación, Sade lanzó en 1984 el disco Diamond Life, que gracias a los sencillos “Your Love Is King” y, en especial, “Smooth Operator”, logró vender más de 10 millones de copias, impulsando su carrera hasta la estratósfera gracias a ese sonido que fue definido como quiet storm. Un sonido que bebe más del soul norteamericano, el bossa nova brasileño y los ritmos africanos que del jazz, género en el que la crítica especializada intentó encasillar a la banda en un principio.

A lo largo de sus nueve temas, Sade canta sobre separaciones no deseadas y conexiones fallidas. El pavoneo de “Smooth Operator” casi no deja ver que el sujeto de la canción viaja a lo largo de Estados Unidos rompiendo corazones. El disco, en su mayor parte, busca serenidad y estabilidad en las relaciones, reconociendo también sus partes más tumultuosas. La estilosa “Hang On to Your Love” ve el compromiso como un acto valeroso, y en “Your Love Is King”, Sade alaba el amor común y ordinario al compás de la exhalación del saxo.

Los años 80 fueron la época más prolífica de Sade. Tras Diamond Life vino Promise y luego Stronger Than Pride; sin embargo, desde 1992 solo ha lanzado tres discos más de estudio. Ella buscaba una vida normal, por lo que luego de editar el fabuloso Lover’s Deluxe y Lover’s Rock (2000), a principios de los 2000, Adu se estableció junto a su pareja, un exbombero, en una cabaña en el área rural cerca de Stroud, Inglaterra. Todo este tiempo, en un silencio de lujo, su leyenda creció. El negocio de la música había llevado a muchas cantantes negras a la reclusión. La diferencia era que Adu parecía no estar quemándose, sino prosperando.

Un secreto de su ausencia es que no es tan total como para parecer sospechosa. Las giras de 2001 y 2011 mostraron que estaba en buena forma. (La primera, para su álbum Lover’s Rock, recaudó US$26 millones. La segunda, para Soldier of Love, reunió US$50 millones).

Los amantes del vinilo por fin pueden acceder a la corta pero brillante discografía de Sade en este formato, ya que solo recientemente se editaron los discos remasterizados en 180 gramos de manera individual. Antes, solo podían encontrarse los tres primeros en versiones de época, y los tres últimos únicamente dentro de la caja This Far. Sin embargo, si hay que partir con un álbum, este debe ser Diamond Life, un trabajo tan perfecto en lo emocional que creó todo un género que en los 90 fue perfeccionado por artistas afroamericanos como D’Angelo, Alicia Keys y Maxwell.

Las canciones de Diamond Life bordean el blues, porque Sade se inspira en historias de amor centradas en la gente corriente. Ahí está “Sally”, tema sobre el Ejército de Salvación, mientras que “When Am I Going to Make a Living” refleja las ansiedades de clase que luego marcarían largos pasajes de su discografía. Aunque muchos lo escuchen casi como si fuese música lounge, más se acerca a ser la banda sonora de un film noir. Aunque sus canciones sean más atmosféricas (sobre todo las del segundo lado), el debut de Sade es una gran compilación de historias que fluyen con sensualidad y simplicidad.

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